

Es necesario recuperar, como ha hecho este apasionado artista cubano, la capacidad para contemplar la realidad y encarnar los símbolos, dando rienda suelta a sus deseos, consciente de que, al interpretar los sueños, sencillamente, termina uno por destruirlos. Georges Didi-Huberman ha recordado que la “vida otra” jamás nos viene dada de antemano, para que tome forma es necesario que despertemos a los sueños mismos, como si en el despertar el sueño mismo se revelara ya deseoso de salir de sí. Se trata de, como dijo Picasso, de incorporar “la mayor humanidad posible” en los cuadros.
El pintor recorre ese ser-arrojado que es la corporalidad, excitando, ligando y desligando, la superficie, ofreciendo fragmentos figurativos o fijando gestos, escorzos, ingresando en territorios donde la abstracción está atravesada por la certeza sensible. El pensamiento-en-cuerpo de la pintura es rítmico, espaciamiento, latido, dando el tiempo a la aproximación erótica, la fuerza propia de aquello que es, sin más matices, el paso del mundo. Recordemos aquella caracterización que Freud hizo del artista, a partir de su análisis de Miguel Ángel, como un hombre que evita la realidad porque no puede familiarizarse con la renuncia a la satisfacción de las pulsiones, un ser que no esconde sus fantasmas, les da forma en objetos reales y además la presentación que hace de ellos es una fuente de placer estético: esa es la recompensa de la seducción, ese gozar de las obsesiones sin vergüenza ni reproches.
Fernando Castro Flórez
RENACER
14 de Julio – 12 de Septiembre 2021
La exposición propone un recorrido por los diferentes espacios narrativos y simbólicos de la obra reciente del artista cubano, concebidas casi todas en medio del encierro provocado por la expansión del covid-19. Quizás por ello, las piezas aquí reunidas plantean más preguntas que respuestas. Tal y como afirma Yuniel “me interesan más las dudas que las certezas”, por lo que este relato está provisto de no poca incertidumbre y de agudos interrogantes, pero también de una enorme voluntad de afirmación en la que se defiende la vida en el contexto de una subjetividad lateral y expandida. A propósito de esto, señala con audacia el artista que “entiendo la pintura como un instrumento de interrogación permanente acerca de nuestra identidad y acerca de mi lugar como artista. Trabajo sobre la tesis Yo es OTRO (y muchos). Mi pintura reflexiona, de manera más o menos consciente, sobre los aspectos múltiples de la personalidad, sobre la danza de rostros que nos definen -aleatoriamente- entre el espacio público y el espacio privado. La vida, en sentido general, es la materia susceptible sobre la que trabajo. De manera casi obsesiva me cuestiono muchos de estos temas. Los ámbitos del saber ontológico, filosófico, alquímico y artístico me han resultado -desde adolescente- los espacios de conocimiento que logran satisfacer parte de mis dudas. El ser humano, el animal, lo espectral, la otra piel, la otra cara, el otro que habita en mí (y todo ello en una continua transmutación), se convierte en el núcleo duro de mi pintura”.
Atendiendo a esta manera suya de concebir el hecho pictórico, insistimos en la idea de que esta exposición es una suerte de teatro de la cordialidad en el que los personajes de sus obras ensayan el baile de la AMBIGÜEDAD, la INSUBORDINACIÓN y la (deS)OBEDIENCIA.
Museo C.A.V. La Neomudéjar
Calle Antonio Nebrija, S/N
28007 Madrid, España